Atraídos por el Dios Triuno y misericordioso, y como bautizados que somos, estamos llamados a seguir a Cristo pobre y resucitado en la vida apostólica radical, según las indicaciones del Evangelio, la Regla de San Agustín y el carisma de San Norberto, fundador de nuestra Orden Premonstratense. Nuestro estilo de vida se caracteriza por:
Desde las liturgias y el altar servimos a la humanidad con el espíritu de la pobreza, la hospitalidad, la reconciliación y la paz, en beneficio de la Iglesia y del mundo. Nuestra vocación nos guía especialmente hacia los pobres en los que Cristo mismo está sufriendo, y también a los que no lo conocen. Rezamos para que el Espíritu Santo, que empezó su obra en nosotros, nos colme hasta el día de Cristo Jesús. (Capítulo General Freising, 2006) |